MSF interrumpe labores en un hospital clave en el sur de Jartum debido a "ataques violentos" a pacientes y profesionales de la salud.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha optado por cesar su apoyo sanitario en el Hospital Universitario de Bashair, ubicado en Jartum, la capital de Sudán, en una área controlada por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Esta decisión se debe a los frecuentes incidentes ocurridos en el centro médico, donde combatientes armados ingresaban y “amenazaban al personal médico” para obligarles a atenderles antes que a otros pacientes.
“Nuestro equipo, el personal del hospital y los voluntarios han trabajado incansablemente en condiciones muy difíciles para proporcionar atención médica. Pero sin las garantías para operar de forma segura, y cuando las vidas de nuestro personal y pacientes están amenazadas, la continuación de nuestras actividades se ha vuelto insostenible”, afirma Claire San Filippo, coordinadora de emergencias de MSF, en un comunicado de la ONG.
La devastadora guerra que libran desde hace más de un año y medio el ejército regular de Sudán, las Fuerzas de Apoyo Rápido y grupos armados aliados de uno y otro bando ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo. El conflicto está causando cientos de miles de bajas, entre muertos y heridos. Pero a estas se suman víctimas de abusos generalizados, como la violencia sexual y las torturas. Desde el inicio de la guerra, más de 8,7 millones de personas han huido de sus hogares en busca de lugares más seguros, y más de 3 millones han cruzado a países vecinos como Egipto, Chad, Sudán del Sur y Libia. Además, 24 millones de personas —la mitad de la población— se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria.